sábado, 7 de enero de 2012

Creaciones epítetas




Busco en tus lares recónditos,
El sendero de tus medidas mesurables
Cuando las encuentre gozaré de tus placeres deliciosos
Viajante de vidas sin muerte
Jadeo de tus pliegues y sus finales
Pues lo que ellos rodean, atesoro en demasía
Libar de tu piel la ambrosía disfrazada de sudor
Es que en mi ajeno palpitar de corazón
Disfruto de tus laderas y sus montes
Archipiélagos diseminados y cabos que no están sueltos
Sino escondidos en la llanura floreciente
En tu incandescente y chispeante femineidad
Que sin vista del exterior a simple sencillez
Resigna su néctar a quien entre a su placer
De dar y tomar la dadiva que regalamos
Al hacer el amor y vislumbrar, en este sueño soporífero
Y hacer de cuenta que tus pechos son montañas
En las que viviré mientras mi libido alcance el cielo
Pues jamás iré al infierno, si estas montañas me sustentan
He de aferrarme a ellas, como el cielo a sus estrellas
Extasiado de tocar, beber, y mirar a esas obras naturales
Que han de darme la dicha, de saberme bautizado
Por las aguas infinitas de tu ser embelesado
Que guardan la vida y su futuro,
Sé quién eres, y dame el fruto de tu vientre
Pues es favor divino, que se nos ha dado
Dejar el pudor a un lado, y ser entre los dos uno
Pues mi amor aparte será, solo mella y quejidos
De tu amatorio e insaciable arte.

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